Cada día más jóvenes pasan las primeras horas de un viernes o sábado noche, apretujados y como sardinas en lata, entre las cuatro paredes del Groucho, brindando una y otra vez con sabrosos y baratos chupitos. Además, su amplísima carta –30 tipos diferentes de mezclas inimaginables-, hará que estés varios minutos concentrado para decidir por qué chupito empezar la noche. Así que mientras estés tomando el primero, ya puedes ir pensando cuál va a ser el siguiente. Sí, el siguiente; porque por tan solo un euro es fácil que, en una noche de juerga, caigan dos, tres y cuatro chupitos.
(Foto: Groucho)
La gran variedad de chupitos, precios más que razonables, un continuo flujo de gente y su céntrica localización –carrer dels Tallers 48-, explican que el Groucho se haya convertido en uno de los lugares preferentes e iniciáticos de Barcelona en las habituales salidas ociosas de sus habitantes, aunque con frecuencia sea cualificado de antro o bareto de mala muerte. Y no es de extrañar, ya sea por la suciedad que se concentra en las diminutas dimensiones del local o por el servicio, que muchos consideran, mejorable.
Pero lo que está claro es que la fiesta de Barcelona se inicia, en muchas ocasiones, brindando con un chupito en el Groucho.
Nos iremos a tomar un chupito un día de estos, y si son dos no pasa nada, muy bien y un abrazo.Mari Trini.
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